Ácido Hialurónico
El ácido hialurónico está presente en nuestro organismo de manera natural. Se trata de una molécula que se encuentra principalmente en los cartílagos y en la piel y que, entre otras misiones, se encarga de la lubricación de las articulaciones. En la piel, este ácido se ocupa de retener el agua jugando un papel básico en su hidratación.
Con el paso de los años, la piel va perdiendo parte de este ácido y, como consecuencia, deja de estar tan hidratada. Esta es una de las causas de la pérdida de elasticidad que se produce en la piel con el paso de los años y que da lugar a la aparición de arrugas. La buena noticia es que se puede aportar ácido hialurónico.
Aportar a la piel ácido hialurónico
Hay varias maneras de reponer el ácido hialurónico que la piel necesita. Una de ellas es mediante cosméticos, tanto cremas como mascarillas e incluso también pastillas. Otro de los modos es mediante inyecciones para realizar rellenos subcutáneos.
Cuando el ácido hialurónico comenzó a utilizarse en medicina estética, se obtenía del cordón umbilical de los recién nacidos, algo que hace ya tiempo se ha prohibido. Actualmente procede de fuentes no humanas como las crestas de los gallos, las algas o los ojos de los peces.
Es importante resaltar que, dependiendo de su procedencia, el ácido hialurónico puede ser más o menos efectivo para los tratamientos estéticos. El que procede de las algas, por ejemplo, es de peor calidad y mucho más barato que el de procedencia animal. Dado que resulta imposible conocer la cantidad de ácido que contiene una crema y su calidad, lo mejor es dejarse aconsejar por los expertos.
Las cremas de ácido hialurónico tienen un importante efecto preventivo para la aparición de las arrugas contribuyendo a retrasar su aparición siempre y cuando sean de calidad. Una vez que las arrugas aparecen, estas cremas se pueden convertir en un buen apoyo de otros tratamientos de medicina dermatológica rejuvenecedora en los cuales también se utiliza este ácido. Los más conocidos son los rellenos.
Rellenos de ácido hialurónico
La medicina estética dermatológica utiliza el ácido hialurónico en sus tratamientos rejuvenecedores de rostro. Una de las utilizaciones más conocidas es el relleno de labios. Al contrario que en las intervenciones quirúrgicas en las que se coloca una prótesis de silicona en los labios, los rellenos con ácido hialurónico no son permanentes.
El ácido es reabsorbido por el organismo, por lo que en unos meses el relleno desaparece por completo. Esto hace que el aspecto de los labios sea muy natural. Una vez que la pequeña inflamación producida por los pinchazos baja, los labios no se ven excesivamente grandes y su forma y tacto son perfectamente naturales.
Al no ser permanente, tiene la ventaja de que si la persona no se encuentra bien con su nueva imagen solo tendrá que esperar unos meses y volverá a estar exactamente como antes. Y si le gusta, tan solo tendrá que repetir el proceso de relleno.
Del mismo modo, también se pueden rellenar las arrugas que se producen entre los labios y la nariz, conocidas popularmente como “código de barras”. Los surcos nasogenianos, que van desde la nariz hasta la comisura de los labios, también se pueden atenuar con este tratamiento.
La zona situada entre la nariz y la barbilla es clave en el proceso de envejecimiento. Aquí se suelen notar en primer lugar los efectos de la edad debido a que la piel es muy fina y suave y, por lo tanto, mucho más propensa a mostrar los signos del paso del tiempo. Por eso, es en esta área en la que los tratamientos con ácido hialurónico son más frecuentes.