Toxina Botulínica

Toxina Botulínica

Aunque la toxina botulínica es uno de los venenos más potentes que existen y es además la neurotoxina que causa el botulismo, su uso para el tratamiento de algunas enfermedades neurológicas y como tratamiento médico cosmético es muy habitual.

Popularmente se conoce por el nombre de Botox, pero esta denominación es solo un nombre comercial de los muchos que han puesto en el mercado tratamientos con toxina botulínica, como el Vistabel, por citar otro ejemplo conocido.

Esta toxina actúa en el organismo causando la parálisis de los músculos. En pequeñas cantidades, ayuda a paralizar parcialmente los músculos de la parte superior del rostro de modo que se tensen y así las arrugas se alisen o se aminoren.

Los resultados se pueden apreciar de manera prácticamente inmediata. En algunos casos, la persona sufre pequeñas inflamaciones debido a los pinchazos, pero pasados dos o tres días no solo se verá mucho más joven, también se notará la piel más relajada.

La sensación será la de tener buena cara, como tras un descanso reparador, ya que además de atenuar mucho las arrugas, la botulina también borran toda huella de fatiga del rostro.

¿Cómo se realiza el tratamiento?

Se trata de un tratamiento ambulatorio, aunque siempre debe de estar realizado bajo la supervisión de un médico. En algunos casos se aplica una anestesia tópica tras la cual se realizan pequeños pinchazos mediante los cuales se introduce la toxina en los músculos que se quieren paralizar parcialmente.

Normalmente, no lleva más de media hora hacerlo, tras lo cual el paciente puede seguir con su vida normal. Lo habitual es necesitar varias dosis la primera vez, realizando luego sesiones cada cuatro o casa seis meses para que los efectos no desaparezcan.

El paciente puede irse a su casa y hacer vida normal desde el primer momento, ya que la única huella del tratamiento puede ser una ligera hinchazón o un pequeño hematoma que se cubre fácilmente con maquillaje si así se desea.

El tratamiento con la botulina se puede combinar con otros tratamientos de medicina estética para conseguir mejores resultados, especialmente aquellos que se aplican en la mitad inferior del rostro. De este modo, el resultado será mucho más rápido y mucho más visible, aunque todo dependerá de la persona y de las marcas de expresión, las arrugas o la flacidez que presente en el rostro.

La mala fama de la toxina botulínica

Hace más de veinte años que esta toxina es empleada en medicina estética con total seguridad. Sin embargo, cuenta con cierta mala fama debido al abuso que han hecho de ella algunas personas, especialmente determinadas estrellas de cine.

Como hemos dicho, la toxina botulínica causa una parálisis parcial de la musculatura de la parte superior de la cara, es decir, frente y contorno de ojos. Si se utiliza de manera abusiva puede hacer que la persona deje de mover con naturalidad todos los músculos que son responsables de las expresiones de la cara.

El rostro queda, de este modo, sin expresividad, con los ojos abiertos y las cejas algo elevadas, dándole a la persona cierto aire de sorpresa. Pero todo esto es debido al abuso, ya que si se utiliza de manera racial, esta toxina no tiene por qué restar naturalidad a nadie.

Es muy importante señalar que los efectos de esta toxina son siempre temporales y reversibles, por lo que tras un tiempo la persona volverá al estado anterior a utilizar Botox u otras marcas. Por tanto, si alguien no se siente a gusto con su aspecto, no tendrá más que dejar de utilizar la botulina y podrá recuperar su aspecto de siempre.