Todas queremos lucir una piel impecable, tersa, luminosa y sobre todo carente de imperfecciones. Una de las que más suelen preocupar son las lesiones que se conocen como puntos rubí, que aparecen y crecen en varios lugares del cuerpo.
¿Qué son los puntos rubí?
Estos pequeños puntos rojos tienen muchos nombres científicos. Se les llama puntos de Campbell de Morgan, angiomas capilares y angiomas en cereza. Son de naturaleza benigna y de tendencia hereditaria y aparecen cuando hay dilatación de pequeños capilares.
Son similares a las varices, pero la diferencia es que están ubicados perpendicularmente respecto al plano de la piel. No hay que confundirlos con los nevus o lunares, que son acumulaciones benignas de los melanocitos. Se diagnostican por un procedimiento llamado dermatoscopia, que permite observar los microscópicos lagos vasculares en su interior.
Se presentan con más frecuencia después de los 40 años en el pecho, la espalda, el abdomen y los brazos. Miden de uno a dos milímetros, aunque pueden crecer más y alcanzar hasta los siete milímetros. Son redondeados y planos o ligeramente elevados. No representan ningún problema para tu salud, a menos que se encuentren en un lugar donde el roce los haga sangrar.
¿Por qué aparecen?
Son varias las causas a las cuales se atribuyen estas lesiones. Una de ellas son los cambios hormonales, ya que, por ejemplo, algunas veces aparecen durante el embarazo, pero los de este tipo desaparecen luego del parto. Sin embargo, la tendencia a presentarse tiene un importante componente hereditario.
Se trata de manifestaciones del envejecimiento cutáneo no relacionado con el sol, ya que aparecen con frecuencia en zonas no expuestas a la radiación solar.
Tratamiento de los puntos rubí
Existen varios tratamientos dermatológicos para estas lesiones que se han venido utilizando fundamentalmente por razones estéticas. Es importante que tengas presente que cualquier tratamiento que se administre eliminará las lesiones presentes, pero esto no significa que no puedan aparecer nuevos puntos rubí.
Entre los tratamientos están la electrocoagulación y la crioterapia. La cirugía casi no se utiliza por tratarse de lesiones muy pequeñas y no invasivas.
El láser de Neodimio-YAG
En la actualidad, el tratamiento más efectivo es el láser Neodimio-Yag. Esta tecnología permite la eliminación rápida y definitiva de estas lesiones con mínimas molestias.
Se trata de un equipo que ha sido diseñado específicamente para el tratamiento de los angiomas capilares. La emisión de calor y luz de forma simultánea incide de forma selectiva sobre la hemoglobina, que los absorbe por ser un pigmento.
Esto crea una elevación de la temperatura que produce una esclerosis de los pequeños vasos; de esta manera colapsan y se cierran. La sangre deja de circular por ellos, por lo que se hacen imperceptibles.
Por su especificidad, no produce alteraciones ni lesiona los tejidos circundantes. Además, el tratamiento es muy rápido ya que un único impacto por lesión es suficiente para colapsar la mayoría de los puntos rubí.
En nuestro centro puedes tratarte los puntos rubí con el láser Neodimio-Yag para tener una piel radiante y sin imperfecciones.
