El acné neonatal es una de las alteraciones más frecuentes en la piel del bebé. Aparece al cabo de las dos o tres primeras semanas de vida y tiene forma de pústula, es decir, se trata de un grano con una cabeza blanca, muy parecidos a los del acné juvenil pero bastante más pequeños. Normalmente, aparecen en el rostro del bebé por lo que llaman mucho la atención de los padres.
No se deben de confundir con los quistes de millium, que son esas bolitas blancas que aparecen frecuentemente en la zona de las mejillas o alrededor de los ojos. Los quistes de millium en los bebés se relacionan con la inmadurez del folículo sebáceo y suelen desparecer solos con el tiempo. Tampoco están relacionados con la miliaria rubra, que está causada por el sudor y que suele aparecer en el cuello, la espalda o los pliegues de la piel de los bebés. Este tipo de granos si pueden causar picor y molestias.
El acné neonatal no da ningún tipo de molestias al niño y no va a dejar cicatrices en su piel a no ser casos excepcionales de infecciones ya que no está relacionado con el acné de la edad adulta aunque tenga el mismo nombre debido a que su aspecto hace que se asocien. Por ahora, se desconocen los motivos por los que estas pústulas aparecen en la piel del bebé si bien no se considera un problema importante y no debe de ser motivo de preocupación en los padres.
La evolución del acné neonatal
El acné neonatal suele presentarse a la tercera semana de vida del bebé y desaparece solo en muy poco tiempo. No es frecuente que siga existiendo más allá de los cuatro meses de vida. Afecta a muchos bebés pero al no estar relacionado con el acné de jóvenes y adultos no es un indicador de que se pueda padecer este problema durante la adolescencia.
Cuando un bebé presenta acné neonatal los padres suelen preocuparse y acuden al pediatra. Este suele aclararles todas las dudas y despejar sus temores. No se da, generalmente, tratamiento para este tipo de granos ya que, como hemos dicho, no causan problemas, no revisten gravedad y además se van por sí mismos al cabo de poco tiempo.
Los consejos que se da a los padres que tienen un bebé con acné prenatal son muy básicos, solo deben de lavar a su hijo con los productos específicos para la piel del bebé y aplicarle una crema hidratante adecuada. Hay que evitar lavar demasiado al niño porque eso no le protege ni hace que la piel cure antes, al contrario, le arrastra las defensas y hace que se vuelva más delicada.
Solo en los casos en los que el acné neonatal persiste o causa problemas asociados puede recetarse una crema con corticoides para aplicar durante unos días en el área afectada. No obstante, siempre es preferible evitar el uso de corticoides en niños tan pequeños, por lo que solo debe de utilizarse en casos muy específicos y bajo control médico.
