Una de las razones por las que se acude al dermatólogo es para preguntar por algún tratamiento para quitar manchas de la cara. Estas manchas pueden aparecer por razones muy diferentes, pero destacan sobre todo tres:
El sol. Es uno de los principales motivos de aparición de manchas. No podemos olvidar que el sol tiene efectos acumulativos sobre la piel, por lo que incluso quemaduras que se han producido durante la infancia pueden acabar teniendo consecuencias una vez adultos. Además, con frecuencia olvidamos que la fotoprotección debe de ser aplicada durante todo el año, algo muy importante ya que es más sencillo prevenir que quitar manchas de la cara.
La edad. La edad también puede hacer que aparezcan manchas en la cara. En el caso de las mujeres es frecuente su aparición tras trastornos hormonales, tanto embarazo, menopausia o toma de anticonceptivos.
El acné. ¡Qué mal se pasa durante la adolescencia a causa del acné! Y encima, cuando creemos que ya ha pasado lo peor, descubrimos que estos granos han dejado en la cara cicatrices y manchas. Muchas personas jóvenes acuden al dermatólogo para averiguar cómo quitar manchas de acné y conseguir, por fin, una piel resplandeciente, bonita y con un color uniforme.
Los peeling químicos
Los peelings químicos son la solución que más frecuentemente ofrecen los dermatólogos para quitar manchas de la cara que no tienen ningún peligro, pero que son estéticamente desagradables.
Existen diferentes tipos de peelings químicos según los ingredientes que se utilicen para su realización y también según la intensidad del peeling. Estos son los tipos de peeling que puedes hacerte en función de la profundidad a la que traten la piel:
Peeling superficial o suave. Ayuda a exfoliar la epidermis de manera suave contribuyendo a tratar las finas marcas de expresión que dan lugar a las primeras arrugas. También ayuda a hidratar el rostro y a atenuar manchas muy suaves.
A menudo se realiza con ácido glicólico y es tan suave que se puede repetir con bastante frecuencia hasta completar el número de sesiones que indique el especialista.
Peeling medio. Actúa sobre la epidermis, pero también sobre las capas medias de la dermis. Es el más indicado para envejecimiento, para quitar manchas de la cara y para cicatrices normales.
Un ejemplo es el que se realiza con ácido tricloroacético, uno de los más comunes para tratar todos estos síntomas. Suele dejar la piel sensible, por lo que se recomienda proteger la piel del sol más de lo habitual. No se aconseja llevarlo a cabo con demasiada frecuencia.
El especialista marcará cuánto hay que espaciar las sesiones pero lo habitual es que sean unos seis meses. Una única sesión cada seis meses suele ser suficiente para mantener los resultados y todos los beneficios de este tratamiento.
Peeling profundo. Actúa sobre la epidermis y sobre la dermis. Se recomienda cuando ya hay arrugas profundas, existen muchas manchas o las cicatrices son bastante profundas. Es un tratamiento muy fuerte que deja la piel bastante sensible pero también es el que ofrece los resultados más visibles. Tras su uso pueden apreciarse rojeces en la piel durante bastantes días.
A menudo se realiza con fenol, un ácido que tiene una gran capacidad de aclarar la piel, por lo que esta se ve muy uniforme. No se recomienda en personas con la piel muy oscura y siempre debe de ser aplicado por un dermatólogo. Esto es algo común en todos los peelings químicos pero especialmente en los profundos.
