El herpes zoster está causado por el virus de la varicela zoster, que es el mismo que causa la varicela común. Al contrario que otras enfermedades, una vez que se ha contraído la varicela el virus queda en el cuerpo durante muchos años y puede manifestarse en forma de herpes zoster en cualquier momento.
Los síntomas suelen manifestarse con dolor, el cual suele aparecer en un lado del cuerpo o del rostro y, al cabo de unos días, aparecen ampollas que pueden ir acompañadas de hinchazón, supuración y escozor. Cuando aparece en la cara puede afectar a los nervios del ojo y a los del oído. Hay casos en los que el dolor no se va una vez que el herpes ha desaparecido, causando lo que se conoce como neuralgia post-herpética, la cual puede llegar a ser crónica.
¿Por qué se reactiva el virus?
Es curioso que algunas personas no presenten jamás síntomas mientras que a otras les repite varias veces a lo largo de su vida. El herpes zoster puede contagiarse por contacto, especialmente a niños que no han tenido la varicela y no están vacunados, pudiendo llegar a sufrirla. No se contagiarán aquellos que ya han pasado la enfermedad. El contagio se produce en la fase previa a que aparezcan las ampollas, que es cuándo más fuerte está el virus.
No se sabe muy bien por qué se reactiva el virus, pero se sabe que cuánto más se vive más posibilidades hay de que aparezca ya que suele aparecer frecuentemente en gente mayor, aunque también hay casos en personas muy jóvenes. Se cree que ciertos medicamentos, el estrés emocional o la re-exposición al virus pueden causar un brote de este herpes.
El diagnóstico de herpes zoster debe de hacerlo un médico, especialmente un dermatólogo, que será el encargado de ofrecer tratamientos al paciente. En la mayoría de los casos no es necesario realizar pruebas ya que el aspecto de este herpes es muy característico y solo por su aspecto se puede diagnosticar. Pero en casos de dudas puede realizarse un frotis de las lesiones para llevar a cabo pruebas.
El tratamiento del herpes zoster
Para que el tratamiento del herpes zoster sea lo más efectivo posible es importante que se empiece a tratar cuando el virus todavía está en su fase aguda, es decir, nada más aparecen las primeras ampollas. Los antivíricos orales son la mejor opción en estos casos ya que evitan que el herpes siga su curso y pueden contribuir a que no aparezca el dolor o a que este sea menos intenso.
Las cremas que se venden para otro tipo de herpes no suelen ser efectivas, por lo que no son recomendables más que en casos en los que hay una gran hinchazón. Aquí se puede combinar el uso de antivíricos con una crema corticoide potente que ayude a que se reduzca el edema.
Una vez que ha pasado el brote si el paciente sigue sintiendo dolor puede tratarse con analgésicos y/o antiinflamatorios convencionales como el paracetamol o el ibuprofeno.
