Los hilos PDO se conocen también con el sobrenombre de hilos mágicos debido a sus buenos resultados. Son hilos tensores de polidioxanona muy finos que se introducen bajo la piel para conseguir un efecto rejuvenecedor gracias a dos resultados fundamentales:
– Consiguen sujetar las estructuras de la piel consiguiendo así contrarrestar la flacidez que aparece con el paso de los años.
– Estimula la producción de colágeno y de elastina de la piel, consiguiendo así un máximo de hidratación y que la piel adquiera grosor.
El resultado es parecido al de un lifting pero tiene muchas ventajas respecto a este procedimiento, las cuales vamos a conocer a continuación.
Ventajas de los hilos PDO
Los hilos PDO tienen toda una serie de ventajas que hacen que cada vez más personas los tengan en cuenta como una opción para tratar los primeros síntomas del envejecimiento.
– Son seguros. Los hilos PDO son muy fáciles de introducir bajo la piel. La técnica es muy sencilla y colocarnos no lleva más de media hora. Tampoco es necesario utilizar anestesia general, por lo que es un procedimiento totalmente seguro.
– No hay cicatrices. Al ser tan sumamente finos, estos hilos se introducen en la piel no dejando más marca que un pinchazo que desaparece a las pocas horas. No hay periodo de recuperación y nada más ponerlos se puede hacer vida normal.
– No se notan. Nadie notará que los llevas bajo la piel, aunque sí notarán sus efectos. Pero lo más importante es que tú tampoco vas a sentirlos. No vas a tener ninguna sensación rara al respecto.
– Su efecto dura dos años. Mientras que otras técnicas como el Botox necesitan retoques cada seis meses aproximadamente, los hilos PDO duran dos años. Pero además, el cuerpo los reabsorbe poco a poco por lo que una vez que desaparecen se pueden volver a colocar si se desea.
– Se puede combinar con otros tratamientos. Por ejemplo, con rellenos para las zonas un poco más problemáticas o para corregir a la vez otros problemas.
¿Cuándo usar los hilos PDO?
Aunque se les llame hilos mágicos, lógicamente sus bases son médicas y científicas y por eso no valen para todos los casos, sino que están indicados para determinados problemas en un segmento de personas concreto.
El segmento de personas que se pueden beneficiar de los hilos de PDO es amplio, entre los treinta y los sesenta años. Pero es importante que se trate de personas sanas, de lo contrario tendrá que ser el dermatólogo el que evalúe en cada caso si se deben o no de usar estos hilos.
En cuento a sus usos son muy variados:
– Conseguir una mayor densidad en la capa de la dermis. Ya hemos dicho que estos hilos estimulan la producción de elastina y de colágeno, lo que aumenta la densidad de la piel.
– Tratamiento de la flacidez. Se puede emplear para tratar la flacidez en el óvalo de la cara, es decir, ese descolgamiento asociado a la edad. También para la flacidez específica de la zona del cuello, una de las más delicadas y que más delata la edad de las personas. Los hilos PDO también se usan en brazos, cara interna de los muslos o en el abdomen.
– Tratamiento de las arrugas. Los hilos PDO son muy útiles para tratar las arrugas superficiales tanto en el rostro como en el cuello o en la zona del abdomen. Es importante señalar que su efecto es suave y que no se obtienen grandes resultados con arrugas profundas, por lo que es importante que se opte por este método cuando comiencen a aparecer las marcas de expresión que se traducen en las primeras arrugas suaves.
– Elevación de las cejas. Unas cejas muy pegadas a los ojos restan mucha vida a la mirada. Elevar suavemente las cejas de una manera muy natural no solo puede corregir un pequeño descolgamiento del párpado superior, sino que también ayuda a destacar los ojos y a mejorar la expresión.
