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Infecciones de transmisión sexual

Publicado en Dermatología General el lunes, 24 julio 2017
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Para ser consciente de la importancia que tienen las enfermedades de transmisión sexual basta mirar las cifras de las infecciones debidas a contagios sexuales, las ITS, que son las enfermedades de transmisión sexual más habituales.

Se calcula que cada día un millón de personas contraen una de las cuatro infecciones de transmisión sexual más habituales: la gonorrea, la tricomoniasis, la sífilis o la infección por hongo clamidia. Estas cuatro infecciones ya pueden curarse hoy en día, pero es importante detectarlas a tiempo.

A esto hay que sumarle la gran incidencia de otras infecciones de transmisión sexual que hoy por hoy no tiene cura. Las más frecuentes son el herpes genital tipo 2, el virus del papiloma humano, la hepatitis tipo B y el VIH.

Aunque la vía más frecuente de contagio es la sexual, también existe el contagio de madre a hijo durante el embarazo o el parto o el contagio debido al contacto con la sangre de una persona infectada.

Uno de los problemas de este tipo de infecciones es que no siempre son fáciles de identificar ya que algunas veces transcurren de manera totalmente asintomática, especialmente en el caso de los hombres. Pero que no tengan síntomas no quiere decir que no se puedan contagiar a otras personas.

Problemas asociados a las infecciones de transmisión sexual

Además del desarrollo en sí de la enfermedad, sufrir  infecciones de transmisión sexual puede conllevar otros riesgos. Por ejemplo, padecer sífilis o herpes triplica el riesgo de contraer el VIH. El virus del papiloma humano puede causar cáncer de cérvix o de útero y una infección tan común como la clamidiasis puede causar un aborto o incluso la infertilidad femenina.

A todo esto, habría que sumar todos los hándicaps que estas enfermedades, especialmente las que no tienen cura, conllevan para una persona en su día a día. Desde la dificultad para poder tener una pareja hasta el rechazo social en caso de que se conozca su enfermedad, tal como les sucede a muchos enfermos de VIH.

¿Por qué hay tantas dificultades para controlar las infecciones de transmisión sexual?

Viendo las cifras de personas que padecen infecciones de transmisión sexual la pregunta es obvia, ¿por qué no se pueden atajar este tipo de infecciones? La respuesta es bastante compleja y toca varios puntos muy diferentes:

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-La marginalidad. En muchos casos, la población marginal es la más afectada por las infecciones de este tipo. Es el caso de las personas drogodependientes. Este tipo de afectados no suelen buscar ayuda médica.

-La pobreza. La pobreza de algunos países en los que las cifras de afectados por infecciones de transmisión sexual son alarmantemente más altas de la media impide que su población pueda optar a una atención, al diagnóstico y a los medicamentos básicos.

-La pérdida del miedo al VIH. Cuando el VIH hizo su aparición y se supo cómo se contagiaba, muchas personas comenzaron a ser conscientes de la importancia de tomar precauciones al mantener relaciones sexuales. Sin embargo, con el paso del tiempo, se ha producido una pérdida del miedo inicial al VIH, posiblemente porque ya no es una enfermedad tan mortal como antes. Por supuesto, esto no significa que no siga siendo muy grave.

-El desconocimiento de que se padece una ITS. Como hemos dicho, algunas ITS no presentan síntomas o no lo hacen hasta que no están muy avanzadas. Para cuando la persona es diagnosticada ya pudo haber contagiado a diversas parejas, quienes a su vez pueden haber contagiado a otras personas.

La prevención, la clave

La prevención es clave para prevenir las ITS y su propagación. Las revisiones periódicas por parte de los especialistas ayudan a detectar este tipo de infecciones en sus inicios, lo que hace mucho más fácil su tratamiento.

Utilizar métodos de barrera en las relaciones sexuales y evitar las prácticas de riesgo ayuda a prevenir el contagio de la mayor parte de las infecciones de transmisión sexual. Para conocer estos métodos y qué prácticas deben de evitarse es básica la educación sexual, tanto en las escuelas como por parte de los médicos de familia.

 
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