La queratosis actínica se conoce también como queratosis solar. Se trata de lesiones en la piel ligeramente abultadas y de tacto muy áspero. El color puede variar, algunas son rosadas mientras que otras son marrones. Están causadas por la exposición al sol o a los rayos ultravioletas de las lámparas de bronceado.
El peligro de estas queratosis es que si no se tratan pueden acabar convirtiéndose en carcinomas, es decir, pueden ser la antesala de un cáncer de piel. De hecho, este tipo de lesiones son consideradas el pre-cáncer más común.
El riesgo de desarrollar queratosis actínicas es mucho mayor en personas de piel muy clara, con ojos azules o verdes y cabello rubio o pelirrojo. Otro factor de riesgo es haber sufrido quemaduras del sol durante los primeros años de vida o haberse expuesto de manera frecuente y prolongada a lo largo de toda la vida.
Aparecen muy frecuentemente en personas mayores, especialmente en hombres, ya que ellos son más reacios a utilizar protección solar. No hay que olvidar que el riesgo de cáncer de piel es acumulativo y por eso hay que protegerse siempre, a lo largo de toda la vida. La prevención es la mejor arma contra el cáncer de piel y esta comienza en los primeros meses de vida.
Las zonas en las que aparecen con más frecuencia son aquellas que suelen estar más expuestas: la calva, el rostro, el cuello, las manos y en algunos casos las piernas.
Queratosis actínica y sus tratamientos
Existen diferentes tipos de tratamientos dependiendo de la queratosis actínica y de lo avanzada que esté. Podemos destacar los siguientes:
-Cremas: Existen para la queratosis actínica tratamientos suaves, como los que se dan en crema, que resultan efectivos cuando se ha descartado otro tipo de tratamiento ya sea por la extensión de la lesión o por la edad del paciente. Se aplican en el domicilio y hay que seguir las instrucciones dadas por el dermatólogo de manera rigurosa.
Estas cremas producen una descamación de la zona, eliminando de este modo la lesión de forma lenta pero progresiva. Estos tratamientos pueden impedir que las queratosis degeneren en problemas más serios, especialmente cuando el paciente ya tiene una edad avanzada y por tanto, el riesgo del cáncer es menor.
-Crioterapia: En la crioterapia lo que se hace es congelar totalmente la queratosis actínica para destruir el tejido. Se aconseja principalmente cuando hay pocas lesiones y es la primera vez que aparecen o cuando, por el motivo que fuera, no se pueden utilizar otras técnicas.
-Láser: es una alternativa a la crioterapia porque no deja cicatriz. Con el láser se procede a la exfoliación de la lesión, logrando que desaparezca por completo.
-Terapia fotodinámica: es un tratamiento novedoso y muy eficaz en el caso de estas lesiones cutáneas causadas por el sol. Tras la aplicación de una crema especial, el paciente debe de esperar a que esta haga su efecto tras lo cual se expone a la luz de una lámpara especial. El procedimiento dura tan solo unos minutos.
Su principal problema es que resulta un poco doloroso para el paciente, pero actualmente se está trabajando con otros métodos como la exposición a la luz del día. Al paciente se le aplica una crema especial para este tratamiento, la cual tiene un alto factor de protección y tras esto debe de estar expuesto a la luz del día (que no necesariamente al sol) durante dos horas.
Cuando la queratosis actínica presenta un riesgo inminente de convertirse en cáncer o ya es cancerígena se puede tratar por otros métodos como la quimioterapia, la quimioterapia tópica (imiquimod) y las intervenciones de cirugía.
