Rosácea: En qué situaciones se trata con laser

La rosácea es una enfermedad crónica de carácter inflamatorio que afecta a la piel de la cara principalmente, aunque también puede afectar al cuello o al tronco. Es más común en las mujeres aunque también afecta a los hombres y aunque puede presentarse a cualquier edad es mucho más frecuente una vez cumplidos los treinta años.

Se conoce también como acné rosácea ya que en algunas de sus manifestaciones se pueden apreciar granitos de grasa muy similares a los que aparecen cuando hay un brote de acné. No se conoce la causa que la origina, aunque se sabe que hay una predisposición en algunas personas. También se sabe qué la agrava: el frío, ciertos hábitos alimenticios, el estrés, la menopausia o la exposición solar.

Existen diferentes tipos y grados en la rosácea, cada uno de ellos con un tipo de tratamiento recomendado. Hoy vamos a hablar del tratamiento para la rosácea vascular, que es aquella que se trata con láser.

Encontramos en la rosácea síntomas vasculares, es decir, aquellos que afectan a los capilares sanguíneos. Esta es una de las diferencias claves con el acné, ya que este afecta a las glándulas sebáceas. Además del enrojecimiento general de la piel, es normal al sufrir este problema que se transparenten los capilares en un fuerte tono rojo, lo que contribuye a agravar los inconvenientes estéticos.

El láser para la piel rosácea

Existe para la rosácea tratamiento dermatológico muy variado. Pero para eliminar esas lesiones vasculares lo que mejor funciona hasta el momento es el láser. Existen diferentes tipos de láser, pero aquí vamos a hablar de los dos que ofrecen mejores resultados: el IPL y el NEODIMIO-YAG.

Láser IPL: El láser IPL se conoce también como luz pulsada intensa y quizás sea el nombre más adecuado ya que no es un láser propiamente dicho. Es uno de los tratamientos utilizados para tratar la rosácea a nivel estético. Es muy adecuado para tratar los capilares más pequeños que se han dilatado y se transparentan.

La luz pulsada actúa directamente atraída por la hemoglobina de la sangre de estos capilares, por lo que actúan principalmente sobre ellos causando minúsculos derrames que son reabsorbidos rápidamente por la piel.

Suelen recomendarse entre cinco y siete sesiones espaciadas. El tratamiento con IPL está recomendado para pequeñas lesiones, siendo el NEODIMIO-YAG el mejor tratamiento cuando ya hay muchos vasos dañados o las lesiones son de gran tamaño.

NEODIMIO-YAG: Este tipo de láser funciona muy bien en el tratamiento de las lesiones vasculares asociadas a la rosácea. La luz láser es atraída por los capilares que están dilatados, por lo que actúa exclusivamente sobre ellos respetando el resto de piel sana. Hace que estos capilares coagulen y lo consigue de una manera muy rápida, por lo que no causa el sobrecalentamiento de la piel.

Al actuar de manera tan rápida no tiene efectos secundarios, como otros tipos de láser menos evolucionados. Esto permite que la persona tratada pueda hacer su vida diaria al momento y con total normalidad. La única precaución que debe de tomar es la de utilizar un protector solar y evitar durante un tiempo los focos de calor, como los baños de agua muy caliente o los calefactores, ya que este tipo de cosas hacen que se dilaten los vasos sanguíneos.

El dermatólogo será quién determine cuántas sesiones necesitará cada paciente. Lo normal es que estén entre seis y ocho. Dichas sesiones deben de espaciarse aproximadamente dos meses porque es el tiempo que le llevará al organismo reabsorber el capilar que ha sido coagulado.

Cada vez hay más avances para el tratamiento de la rosácea tanto desde el punto de vista médico como desde el punto de vista estético. Si sufres este problema no dudes en acudir a nuestra clínica para que te informemos sobre todas las posibilidades que tienes a tu alcance y te elaboremos un presupuesto sin compromiso.