Antes de escoger los mejores tratamientos para la flacidez facial hay que realizar un estudio completo del rostro y de sus características. El dermatólogo elegirá los tratamientos más adecuados teniendo en cuenta el tipo de piel y también el estado en general del rostro, ya que no es lo mismo tratar exclusivamente un problema de flacidez que tratar también un problema de marcas de expresión o de arrugas.
La flacidez del rostro muestra sus primeros síntomas entre los treinta y cinco y los cuarenta y cinco años, dependiendo de los cuidados de cada persona y también de su genética, ya que hay quienes tienen una estupenda musculatura hasta llegar a una edad avanzada.
Tratamientos para la flacidez facial más efectivos
Ahora ya sabemos que lo habitual no es escoger un solo tratamiento flacidez facial, sino que suelen combinarse diferentes para conseguir los mejores resultados. Pero, ¿qué técnicas son las más efectivas? Aunque son muchos los tratamientos actuales, queremos destacar en esta ocasión tres de los más utilizados para prevenir y corregir la flacidez del rostro y que son los siguientes:
Tratamientos de radiofrecuencia: Cuando se somete a la piel del rostro a un tratamiento de radiofrecuencia lo que se hace es conseguir calentar la dermis a más de cuarenta y tres grados centígrados. Este calor causa dos reacciones. Por un lado, debido al choque térmico la piel libera una serie de proteínas las cuales son fundamentales para poder reestructuras el colágeno. El colágeno es básico cuando se habla de flacidez facial o su tratamiento.
Pero, además, el calor mejora el metabolismo de la zona ya que estimula la vascularización. Los efectos de esta técnica se van viendo a lo largo de los meses. Se trata de un tratamiento con efectos visibles a medio plazo.
Tratamientos mediante hilos PDO: Los hilos tensores de polidioxanona, también conocidos como hilos PDO o como hilos mágicos por sus fantásticos efectos, son uno de los tratamientos para la flacidez del rostro más conocidos. Se trata de hebras muy finas que se introducen bajo la piel mediante microcánulas y que, una vez en el interior de los tenidos, consiguen un efecto lifting. Pero esto no es todo, ya que estos hilos también estimulan la producción de colágeno y de elastina.
Se considera una de las mejores alternativas al lifting cuando no hay arrugas muy importantes ni una flacidez excesiva. Se puede aplicar en varias zonas del rostro solo en alguna en concreto en la que se percibe la necesidad de tratamientos para la flacidez facial más allá de los cosméticos.
Tratamientos de ultrasonidos HIFU: Se trata de uno de los tratamientos para la flacidez facial más novedosos, porque lleva en el mercado poco más de tres años. Los ultrasonidos actúan directamente sobre la capa fibromuscular que envuelve la cara y el cuello haciendo que se contraiga. De este modo, toda la piel se tensa consiguiendo una mayor firmeza en la zona y también un claro efecto sobre las arrugas de expresión.
Los ultrasonidos HIFU sirven también para tratar otros problemas estéticos en el rostro, como la grasa localizada bajo la mandíbula inferior. El dermatólogo tendrá que determinar cuántas sesiones debe de darse el paciente y la frecuencia de las mismas, recomendándose que todos los años se realice un ciclo de mantenimiento.
Existen otras técnicas y tratamientos para la flacidez facial no invasivos, la mesoterapia facial o las infiltraciones de silicio orgánico. De ellas podremos hablar en otros artículos. El uso de cada una de ellas es recomendado por el dermatólogo en función de las características de cada persona.
