Tener un hijo es toda una aventura. Seguramente la más gratificante de tu vida. Pero es una aventura que trae muchos cambios en tu vida, en tus hábitos y también en tu cuerpo. Unos cambios que comienzan nueve meses antes y que continúan una vez que el niño ya está aquí.
Durante todo el proceso de embarazo el cuerpo de la mujer sufre una serie de cambios muy grandes. El primero y más evidente es el aumento de peso pero no es el único. A menudo se producen problemas de circulación, principalmente en las piernas, que acaban causando varices y también se sufre de retención de líquidos.
Una vez que el niño nace, el cuerpo se libera de la presión y el peso de cargar con el bebé durante las veinticuatro horas del día, pero la recuperación no es ni mucho menos instantánea y es muy conveniente recurrir a ayuda para los problemas que puedan surgir.
Problemas estéticos o de salud
A menudo los problemas que se presentan después del parto tienen componentes estéticos pero también de salud. Por eso, lo mejor es ponerse en manos de médicos que puedan ofrecer una solución integral mediante un tratamiento postparto personalizado.
Dieta: Esto suele ser algo necesario tras un parto, incluso cuando no se ha cogido demasiado peso. Lo normal es tener grasa acumulada en diferentes zonas como el vientre o las caderas que hay que combatir con una alimentación muy sana. Una buena dieta ayudará también a eliminar líquidos.
Tratamientos reafirmantes: La piel ha sido sometida a un estiramiento progresivo para que, de repente, se pierda una gran parte del volumen. Esto hace que aparezca la flacidez y facilita mucho la aparición de estrías. Es importante que durante el parto se hidrate bien la piel y se use un buen tratamiento antiestrías, pero tanto si se ha hecho como si no, es fundamental reafirmar la piel una vez que se da a luz.
Tratamientos como la mesoterapia, la infiltración de sustancias activas contra la flacidez o incluso los hilos PDO pueden ser muy efectivos para estos casos, siempre dependiendo de cada mujer en concreto. Por supuesto, todo esto se puede combinar con cremas y tratamientos recomendados por el dermatólogo para usar en el hogar.
Tratamientos para las varices: Si las varices han hecho su aparición a consecuencia del embarazo es importante tratarlas cuanto antes. Hay que distinguir entre las típicas arañitas y las varices propiamente dichas. Una vez realizada la valoración se podrá recomendar el tratamiento más efectivo para la mujer.
Efluvio postparto: Algunas mujeres pierden pelo tras el parto a consecuencia de falta de vitaminas, pero sobre todo de los cambios hormonales que se producen durante el embarazo. El dermatólogo puede estudiar el caso de cada mujer y recomendarle las mejores soluciones en función del origen del problema, su gravedad y si se trata de una zona en concreto o a una pérdida de densidad capilar en general.
Cambios en la pigmentación de la piel: Muchas mujeres sufren cambios en la pigmentación de la piel tras el parto, debidos a los cambios hormonales. A veces, estos cambios se producen tan solo en la línea alba, pero en otros abarcan otras zonas como pezones o incluso el rostro. El dermatólogo puede recomendar las mejores soluciones estéticas para ayudar a recuperar el tono normal de la piel y eliminar las manchas.
Otros aspectos que conviene vigilar o que se pueden tratar
Además de lo dicho es muy importante que tras el embarazo la mujer se revise los lunares, ya que es posible que hayan sufrido cambios durante todo este proceso. También es recomendable que le pregunte a su médico cómo puede reforzar el suelo pélvico, el cual a menudo queda dañado.
Muchas mujeres sienten que tras el parto han perdido gran parte de su atractivo físico, se sienten hinchadas, incómodas y además están agotadas debido a la lactancia o a las noches sin dormir con su bebé. Por eso es esencial que se cuiden, se dediquen un poco de tiempo a sí mismas y recuperen su autoestima. Los tratamientos de belleza flash para borrar las huellas del cansancio pueden hacer que se vean mejor muy rápidamente y eso les haga sentir más seguras. Una mamá feliz será una mejor madre y transmitirá su estado de ánimo a su bebé, así que no debe de sentirse egoísta por cuidar de sí misma.
